Juan Carlos Dávila
De Piedra
Con los bolsillos rotos y llenándoselos durante la acción con piedras, el artista se va inmovilizando al forrarse, literalmente hablando las piernas con piedras, para finalmente salir de escena con dificultad.
Texto escrito por Juan Carlos Dávila
“1.
Este proyecto intenta abordar necesidades elementales como el afecto en las relaciones, la alimentación y la supervivencia. La imposibilidad de comunicar y el desplazamiento de un lugar a otro. Las enfermedades que circundan el espectro de las relaciones afectivas movidas por la necesidad de obtener algo y la imposibilidad de lograrlo. Mediante ellos intento evocar la fragilidad del cuerpo, el riesgo al que se expone y el temor a la desaparición mediante el recurso de lo efímero, lo banal y lo pasajero, el objeto de deseo como elemento de condena.
La acción es para mi un gesto liberador, una manera de con-vivir con mi propio cuerpo cada instante poniéndome en situación con el limite. El lugar de mis acciones lo ocupa el vació que deja la separación y lo que se pierde. Es el instante en el que el deseo se muestra superando la presencia del objeto y el apego al mundo. Quisiera construir imágenes que evidencien la fragilidad de los sistemas establecidos buscando revelar el equilibrio que hay entre las cosas y encontrar la dependencia necesaria para sobrevivir.
2.
Entro en un espacio en cuyo suelo yacen cantidades de piedras amontonadas que empiezo a recoger y guardar en los bolsillos de mi pantalón. Como los bolsillos están rotos, las piedras siguen de largo y quedan atrapadas en el fondo de este. El pantalón se empieza a llenar poco a poco, y las piernas empiezan a verse como si estuvieran hinchadas y deformes, como si fueran a reventarse.
Quiero hacerme unas grandes y fuertes piernas que me permitan correr.
Al tiempo que voy llenando el pantalón de piedras este se va volviendo mas pesado y el desplazamiento mas lento, cada vez me resulta mas difícil agacharme para recogerlas. Llega un momento donde no puedo doblar mas las rodillas, la espalda me duele y las piernas se mueven con dificultad y torpeza, temo mucho perder el equilibrio y caer al suelo.
Descanso unos breves segundos...
Continúo recogiendo mas piedras hasta llenar por completo el pantalón, hasta que a este no le caben mas. Entonces empiezo a guardar algunas piedras en los bolsillos del saco; pero cuando estos también se llenan, empiezan algunas a salirse y a caer al suelo. Me agacho entonces con dificultad para recogerlas, y mientras lo hago, otras se salen. Vuelvo a recogerlas, pero vuelven y se salen. El pantalón esta cada vez mas lleno, como si se fuera a reventar, no le cabe una piedra mas, el peso es cada vez mayor, el cansancio me hace pensar en detenerme.
Descanso unos breves segundos y pienso que puedo llevar unas cuantas piedras mas, creo que no es suficiente con lo que tengo, entonces vuelvo a insistir.
El cansancio es cada vez mayor, las piedras están por todo el lugar, trato de recoger todas y de ir detrás de ellas, las busco allí donde están, camino y doy vueltas sin parar. Me agacho y me levanto una y otra vez, las piedras siguen cayendo sin yo poder evitarlo, todo esta ahora fuera de control, yo estoy fuera de control, aun así insisto, el deseo es ciego, la necesidad grande.
Las piedras están cada vez mas lejos de mi, las distancias las siento mas largas, el peso se vuelve contra mi, obligadme a detenerme, ya no puedo cargar mas, ya no puedo caminar mas, ya no puedo correr, en vez de piernas tengo piedras.
Salgo del lugar con lo que mis fuerzas me permiten apenas llevar.”