Ahora, en la preparación de una muestra como Terror y escape, sobre la visualidad en Cali en los últimos 30 años, me obliga a esculcar en los archivos de documentos y fotografías, a afilar la memoria con datos y anécdotas de sucesos y desentrañar lugares de recuerdo. Hace tres décadas empecé a ejercer la crítica de arte y se fundó Ciudad Solar, el lugar donde dirigí por primera vez una Galería de arte. De ese escenario son memorables la exhibición inaugural conformada por artistas inmejorables como Edgar Negret, Hernando Tejada, Omar Rayo, Leonel Góngora, Feliza Bursztyn, Carlos Rojas, Santiago Cárdenas, Beatriz González y Alvaro Barrios. Así mismo las primeras muestras individuales de Oscar Muñoz y Fernell Franco, con las cuales iniciaron sus carreras. La última colectiva que cerró mi gestión allí, donde se reunieron las obras de los artistas que representaron a Colombia en la Bienal de Venecia: Juan Antonio Roda, Pedro Alcántara, Alfonso Quijano Acero, Diego Arango y Nirma Zárate. Fue también especial poder presenciar a hurtadillas la filmación de Angelita y Miguel Angel, la película interminada de Andrés Caicedo y Carlos Mayolo. Igualmente asistir a cada una de las presentaciones del Cine Club de Cali, con proyecciones en el teatro San Fernando y en el patio de la sede de Ciudad Solar, dirigido también por el autor de la novela ¡Que viva la musica!. En esa casa-comuna se habló también de los proyectos cinematográficos que en ese momento eran utopías lejanas pero que después se convirtieron en Pura Sangre de Luis Ospina y en Carne de tu Carne de Carlos Mayolo, de esta última cinta fuí el director artístico.
Algo de esto está dicho en el video casero de María Inés Rodríguez, editado por María Margarita Jiménez. Habría que agregar la fascinación que ejercía la literatura de Edgar Allan Poe y los libros como el almuerzo desnudo. La marihuana, los hongos silvestres , el ácido y el alcohol como privilegiados medio del esparcimiento especial. La división del gusto musical entre el rock y la salsa , y la adicción al cine norteamericano pero también al japonés y al europeo de Bergman , Godard , Truffaut, Passolini , Antonioni y Don Luis Buñuel.
Despues de los artistas emergentes de los setentas, estimulados por la Bienal de Artes Gráficas de Cali, se fueron conformando cada vez más nutridas generaciones hasta los noventa. Con intereses , planteamientos ,soluciones y sensibilidades distintas y divergentes . La gráfica, pintura, escultura y dibujo fueron encontrando nuevos rumbos y surgieron la instalaciones, el performance, los objetos y con especial fervor la fotografía y el video.
Para documentar la magnífica existencia del corto, medio y largometraje en video, organicé una exhibición de foto-fija y proyecciones en 1993 , que se tituló Atrapar , donde se reunían casi en su totalidad trabajos producidos por UV-TV para el espacio Rostros y Rastros y algunas producciones independientes y otras vetadas . Básicamente la muestra señalaba aspectos álgidos de la vida en la ciudad y mezclaba el documental con el argumental. Había sobre artífices culturales como Enrique Buenaventura , Andrés Caicedo, Hernando Tejada , Oscar Muñoz, Fernell Franco, Ever Astudillo o Mr Fly .También realizaciones que enseñaban la destrucción de la ciudad , la agonía de los teatros , el extinguirse de una arquitectura , la condición de la mujer , la presencia de la enfermedad (SIDA), sucesos de la violencia y señales de lo religioso y político. Todo esto además orquestado por las realizaciones dedicadas a locos, prostitutas, emboladores, taxistas, rumberos, peluqueros, drogadictos, mendigos, documentos inapelables de los protagonistas de la cultura popular y la mejor radiografía de una ciudad real.
Como un nuevo capítulo de Atrapar, organicé una exposición de fotografía y video seis años después, en 1999, con veinte novísimos artistas que hicieron parte de la exhibición Veleidades, una inmersión por los rollos electromagnéticos y fotográficos que revelaron manipulación , apropiación , puesta en escena, fantasía, documentación , comportamientos alatorios, distanciamientos, opinión, indiferencia y parodia. Al tiempo esta exposición estuvo estimulada por el deseo de estar fuera del uso retórico, la complacencia fácil y la producción como instrumento de mercado, valiéndose del antidiscurso académico, la ironía o la suplantación.
En los últimos tres años del siglo XX se organizó y llevo a cabo el festival de performance, una posibilidad para que una serie de nuevos artistas pudieran realizar sus obras en vivo y en directo. La organización de este evento espera tener continuidad y esta a cargo de Helena Producciones.
Tanto Atrapar, Veleidades como el encuentro de performances no han tenido ausencia de vampirismo, incesto, sangre y las no menos morbosas presencias de la alucinación y la muerte, argumentos centrales de los presupuestos del Caliwood y motivación principal en Terror y Escape. Todo esto es coincidente con los ejércitos sustanciosos de desplazados que invaden la ciudad, la creciente miseria y las cifras inflacionarias de desempleados que repueblan rebasando el entorno urbano. Terror y Escape, desde su lectura historicista, pero también desmitificadora, iconoclasta, despectiva y con humor soterrado para producir cierta malicia y hacer sonreir con ironía, se convierte, aun sin proponérselo , en un acto premonitorio . También en un comentario oportuno y una alegoría sobre la marcha que avisa sobre la ciudad bombardeada, el Caliwood en átomos volando y una señal a los ciudadanos en el naufragio.
Miguel González