Re-producciones y Helena Producciones
video documental
El documental como texto antropológico y como proceso creativo
Este texto podría ser, entre otras cosas, el acercamiento a un análisis de una experiencia audiovisual planteada en una práctica artística contemporánea: el workshop como formato de producción. En otras palabras, la tarea de hacer un registro del trabajo que en un contexto específico hacen un grupo de artistas que vienen de distintas partes del mundo se plantea en la suposición de que existen dos maneras de trabajar, que serían arte y documentación. Nos surge la pregunta: ¿Se pueden establecer diferencias entre estos dos tipos de experiencia como práctica? El equipo de producción lo conformamos tanto artistas y realizadores como personas de la comunidad. La producción tuvo influencia en toda la escena. La invitación como realizadores audiovisuales representa parte del engranaje del equipo de producción a partir del interés de producir un registro documental de la experiencia.
Nos situamos en el ejercicio de documentar, como camarógrafos presentes, una experiencia de otros como nosotros, ajenos al territorio. En medio de una situación de intercambio y diálogo con los artistas y con la comunidad se construyeron relaciones particulares desde diversas posiciones. Nuestra presencia afectó la naturaleza misma de la situación, y ésta nos afectó a nosotros. No construimos la imagen desde el afuera, desde el detrás de la cámara; por el contrario, nos situamos en la escena del diálogo y de la experiencia como actores en constante relación. Esta afectación de todos los presentes en ese territorio en particular estuvo determinada y fue interpretada por la experiencia personal, se construyó con base en la subjetividad. La realidad se volvió compleja y dinámica. Las verdades son parciales y solo encuentran sentido en su contexto histórico y cultural. Metidos en la imagen, que llamamos escena, grabando, nos situamos de una manera seccionada e interpretativa; miramos, actuamos en una dirección, buscamos significados para esas observaciones. Nos entendimos, entonces, en la construcción de una ficción antropológica. Tomamos esto como punto de partida para enmarcar el análisis de la experiencia y reflexión del documento, documental, que fue la elección del medio textual.
¿Haciendo imágenes como registro? o ¿haciendo un registro como trabajo de arte? Este registro seleccionado, construido e interpretado pone en cuestión su naturaleza misma en este ensayo. Se puede analizar a partir de su naturaleza ficcionada y autorreferencial, como práctica artística y registro de la misma práctica, con lo que se convierte en un montaje audiovisual editado que se construye en una realidad ajena en tiempo, espacio y materialidad a su referente.
Es aquí donde la experiencia de ambas prácticas puede tener un accionar o, si se quiere decir, un reaccionar distinto. Son representaciones de la realidad que se materializan en diferentes momentos. Pero a la vez por estar allí presentes asumiendo al otro, a los otros y un todo el proceso se convierte en un acto creativo. La construcción de imágenes, en esa reciprocidad del diálogo, documentalista-artista-comunidad, toma valor en el registro como memoria y del registro como proceso creativo en construcción. Aquí es donde se vuelve ambigua y difusa la línea que divide el arte y el documento.
Observando otras experiencias, en otros contextos, con otros términos y determinaciones, podemos suponer un acercamiento de estas prácticas artísticas con la antropología y con la etnografía como herramientas. También a conceptos de trabajo productos de encuentros que parten del diálogo y la experiencia, como lo es un workshop o una residencia.
Ponerse a merced de los distintos factores de la experiencia en un orden social determinado, todo a partir de la cotidianidad y la normatividad, establece diálogos en una intraducibilidad cultural o relatividad cultural. Esa acción pone en cuestión la práctica documental. Surgen preguntas acerca del documental en la práctica artística, es decir, acerca de la construcción del conocimiento socializable y reproducible a través del formato video-documento-documental del arte mismo.
Habría que ir más allá en relación con el tema del documental en arte, el documento como obra plástica y el documento como texto de análisis antropológico del arte. Es difícil afirmar algo en concreto. Se pueden hacer suposiciones que se establecen más como métodos basados en la experiencia subjetiva.
Lina Rodríguez y David Escobar