Leonardo Herrera
Arrullo libre
Acción comunitaria y bandera. Cantos tradicionales del Pacífico colombiano.
Arrullo libre es una acción que se realiza en la costa pacífica en el marco de la celebración del bicentenario del grito de Independencia de Colombia, con los habitantes de un pequeño caserío denominado La Barra. En ella se enaltece la tradición oral, la cual presenta en mayor medida herencias de tradiciones africanas; sin embargo, exhibe pervivencias de raigambres indígenas y españolas adaptadas por los afrodescendientes de la región.
Estas expresiones musicales manifiestan un profundo carácter religioso y melancólico. Sin embargo, cuando se expresan en contextos profanos su característica fundamental es la sátira, que tiene bajo su responsabilidad la crítica social y política y se hace evidente en el predominio de onomatopeyas y voces en forma de dejo. Arrullo libre intenta señalar la herencia de un pueblo en torno a sus historias, tradiciones y sus formas de vida, en la cual expresan sus necesidades en forma de sátira.
Después de izar una gran bandera que elaboré días antes en el hotel y cuyos colores simbolizaban la esperanza del pueblo afrodescendiente, su empuje y versatilidad, concerté con el músico del pueblo, don Amable, un concierto de arrullos al que asistieron niños, jóvenes y mayores alrededor de aquella bandera, en la cual citaba una frase: Libre arrullo, que reunía todas las sensaciones que tenía al hallarme en ese lugar (a merced de un proyecto del que hacía parte y apenas iniciaba). Escuchamos, entre muchos otros estribillos, uno que dictaba: “La cocaína en Colombia, y la piangua en Ecuador […] La cocaína y la piangua otra cosa de valor…” Aquí es claro, como para la gran mayoría de los colombianos, que el problema de nuestro país no es un problema netamente militar. Sabemos como lo sabe el pequeño caserío de La Barra (que a duras penas tiene una trocha para hacer llegar por tierra algo de víveres), que el problema es político y social, que el negocio de la cocaína, madre de tantos extintos en el país, no les permite establecer una economía local como lo pudieran hacer nuestros vecinos.
Leonardo Herrera