Lilíana Diaz
Obseción Porcina
Ella realizaba una especie de strip-tease alrededor de un cerdo muerto, que pendía del techo de la sala, al cual vistió y arrastró por el sitio.
Texto escrito por Lilíana Diaz
“Propongo un performance, en donde la protagonista dance , literalmente, con un cerdo, y así, plásticamente, juegue con los vínculos irreconciliables y reconciliables entre lo porcino y lo amatorio. Porque hay un vínculo, hay una cierta crueldad inevitable en el amor (el cerdo se asocia con el hombre que juega sucio, con el “guache” al que la mujer no puede abandonar).
Propongo este performance en donde predomine la parodia de lo amatorio, de lo sexual. Iré tejiendo en esta danza, el discurso amoroso y erótico que subyace debajo de las palabras, de las historias de familia, de los dramas conyugales. Quiero descubrir y exteriorizar esos tejidos y conexiones con un cerdo que ya he visto colgar entero en las carnícerias de barrio, un cerdo grande, pelado, desnudo, que me atrae, no como comida, sino como objeto amatorio, como ícono, para amarlo, abrazarlo, estrujarlo, engullirlo de una manera que recuerde lo sexual, lo amoroso, lo contradictorio entre el amor y el odio. Compartiré el espacio del performance con un cerdo con quien bailaré, y enfrente de quien me desnudaré, en un “striptease” trágico y cómico al mismo tiempo, como en el amor.
Vestiré al final del baile al cerdo con mis propias ropas. Disfrazo al cerdo de mí, indicando que él y yo somos lo mismo, y por lo tanto pertenecemos a la misma estirpe. Quiero con esta imagen minimizar la culpa del hombre, y darle parte de esa culpabilidad a la mujer, quien es, en últimas quien permite que lo porcino se apropie de una relación, y que la invada.
Propongo como tono para el performance un tono rebelde, de “niña cruel”(así como los cerdos, que pisan la hierba y las flores y no pueden distinguir), la antiperformista que eructa y come con la boca abierta, un tono que se identifique con las malas costumbres, mas que con lo correcto; con las prohibiciones, más que con lo aceptado; con lo que no se debe hacer, con el lado oscuro de los hombres y las mujeres. Insisto en que este performance sufrirá interferencias, malformaciones, cambios, o adherencias, según vaya adentrándome en éste; no quiero delimitar desde ahora, lo que debe salir, como una explosión, una vez que me apropie del espacio y del “ser” de la performista, de la mujer que baila con un cerdo. Anexo, eso sí, las imágenes que me han motivado en el proceso, los dibujos que he hecho mientras me adentro en mis propios mundos amatorios, las palabras que he escrito en mi obseción porcina, las imágenes que me han inspirado en mi búsqueda. Envío esto como un acercamiento, el producto final: el desfoge de todo mi universo amatorio, será entregado en la acción misma.”