Luis Eduardo Mondragón
Spaghetti Clown
Vestido de payaso francés, Luis Eduardo se emborrachaba con Alfredo Cardozo en una sala del museo, agrediendo al público con su actitud y con sus comentarios en inglés.
Texto escrito por Luis Eduardo Mondragón
“Esta obra consiste en una acción corporal donde están presentes los siguientes factores:
1. El abuso del habla, mediante el esfuerzo de fingir una voz de payaso durante seis horas.
2. El empleo de la memoria como elemento evocador de episodios de mi propia historia.
En 1988, ingresé a la tercera brigada del ejército de Colombia. Dentro de ella existen divisiones y a mí me tocó estar en la tercera división.
Los soldados de la tercera división éramos conocidos como “soldados de chocolate”, porque los bachilleres estaban destinados a cumplir labores ajenas al combate en orden público.
Las funciones cumplidas por los bachilleres tenían que ver con el embellecimiento del batallón (pintura de paredes, corte de pasto etc.). Y entre otras con el mejoramiento de las condiciones de la sociedad, como el pintar las escuelitas y los parques de los pueblos, llevar diversión con música, teatro y payasos al distrito de Aguablanca, etc. En la tercera división ahí dos compañías (compañía de comando y la compañía de operaciones sicológicas).
Yo pertenecía a la compañía de las operaciones sicológicas, y mis funciones eran prestar guardia, hacer gimnasia, y en ocasiones especiales hacer mi show de payaso (mi nombre artístico era Spaghetti).
Conocí el mundo de los payasos gracias al teniente García quien me ofrecía dos caminos uno el calabozo y el otro ser payaso, me decidí por el último. Estuve en una base militar en Corinto (Batallón de Contraguerrillas No. ¿? Primero de Numancia) Fue mi plataforma de lanzamiento en el mundo de los payasos, ahí realicé varias presentaciones en el pueblo y me fue bien.
En Miranda, Cauca, realicé una presentación y en el intermedio del show conocí a una linda muchacha, hablamos un rato y nos besamos. Eso fue una cosa que no me dejó dormir esa noche.
Días después me dieron permiso para salir de la base, y decidí visitarla, esta vez sin maquillaje y sin uniforme, lo único que me delataba era el corte de pelo.
Llegue a la casa de la muchacha, toqué la puerta, ella salió y me dijo: que no podía atenderme que no volviera.
Creo que sólo tenía interés en besar a un payaso.”