Pus (Carlos Franklin, Simon Hernandez, Santiago Caicedo, Richard Decallet, Elkin Calderon)
Realizó una presentación de su propuesta musical, junto a proyecciones de vídeo. Es importante señalar que este concierto permitió realizar una conexión con la vecina Gruta, lugar de encuentro de jóvenes, entre ellos los Punk, en Cali.
Texto escrito por mr. carlitos zanahoria
“La invitación a participar en el V festival de Performance de Cali propuso el reto, muy interesante, a los integrantes del vicio producciones de plantear la relación del cuerpo y la dimensión performativa de la imagen. Hasta este año, este grupo de artistas jóvenes desarrollaron su labor plástica principalmente desde los medios audiovisuales, a pesar que de manera individual cada uno de ellos tuviera acercamientos a otros campos de la plástica.
El factor común de todos, era la ausencia de actividad performativa como tal. La participación en el V Festival y la decisión unívoca por hacer una obra en este campo generó nuevos movimientos al interior del grupo teniendo como efecto el nacimiento de PUS, una revisión al concepto del punk y el desarrollo de la acción en un marco musical.
Pensar la vinculación de la acción plástica con la música connota, casi inmediatamente, la presencia de un personaje que centre la atención del público y que demuestre sus capacidades o virtudes durante el desarrollo de su presentación. Un acto musical exige un cuerpo sobre el cual recae la responsabilidad escénica, un rostro que da identidad al sonido generado, un sentido de pertenencia individual.
Igual, así como un concierto necesita un cantante o un grupo, se necesita un espectador. El sentido de propiedad de la interpretación está dado por la situación de la mirada del otro. El montaje de una acción desarrollada en el contexto musical fortalece la necesidad de una presentación en vivo que ratifique el lugar donde parte el evento y el conjunto de afectados; la música tiene el poder de recordar que a pesar de ser altamente visuales las cosas me suceden y no las veo todo el tiempo.
Plantear un ejercicio performativo abocó al PUS a pensar en el incentivar una serie de acontecimientos, tomando distancia de la creación de sucesos dirigidos más hacia estrategias narrativas. La contemplación de los sujetos es real y no mediada por soportes insubstanciales (léase pantalla de t.v.), la música se fortalece como una presencia y como una actitud frente al otro y no solo como una descarga de virtuosismo (que en este caso era difícil encontrarlo).
Dentro del marco del punk, el grupo, una vez más jugando a la apropiación, devoró la rebeldía e iconoclastia de esta tendencia, asumiendo la creación como un juego de posibilidades de lenguajes, es decir, parafrasear desde lo que aparenta leerse como odios, burlas, deformaciones, malentendidos. Un ejemplo más claro es escuchar pum up the jam (esa famosa canción de technotronics) y, como estrategia de un no angloparlante, repetir lo que más se parece y que suena pon pon el yin. Es este punto, la apariencia, lo que hace entender por qué ese estado de otredad, ese ser periférico, hace más vital un sistema. Es esa descarga la que refuerza el sentido de disentir en un espacio donde la mal llamada democracia refleja sumisión y un consumo desenfrenado y ciego de todo lo que aparenta estar en un eje cultural.
PUS desarrolló en medio del mal sonido y el espacio galerístico uno de los índices del ser joven en un país complejo.”
