Realizamos las visitas preparatorias a los 3 departamentos representados en las ciudades capitales, y en uno de ellos visitamos diferentes poblaciones y corregimientos. Interesados en investigar procesos afines a los nuestros que estuvieran siendo adelantados, así mismo visitar diversos espacios que tuvieran en común un interés innovador hacia el tema de la educación artística, conectándonos con personas que por este interés común nos brindaran la posibilidad de establecer relaciones interregionales de cooperación.
En esta búsqueda y a partir de la experiencia que tuvimos al entrar en contacto con la Escuela Intercultural en el Macizo Colombiano, decidimos coordinar el programa de Laboratorios de Investigación- Creación, siguiendo la línea de lo propuesto por las organizaciones Maestra Vida y Fundecima para la región, teniendo en cuenta el carácter de estos espacios de formación.
Nos llamo la atención el interés de la escuela intercultural en convocar la creación de un currículo propio y acorde a la cultura y necesidades específicas en la región, generando esta construcción desde esquemas incluyentes y participativos que tienen en cuenta y otorgan un papel relevante a la comunidad y a la relación que esas comunidades que circundan el Macizo Colombiano establecen con el entorno.
En el caso específico de las artes, el desarrollo de las posibilidades de expresión y creación que tienen estas personas, se concibe en un ambiente práctico, de aprovechamiento del tiempo, de los recursos y de los saberes como tópicos que promueven la producción. Por lo tanto lo que podríamos considerar formación artística se debe analizar considerando las exigencias y necesidades que los diversos contextos plantean para las personas que los habitan, generando e influyendo en la misma medida, diversos tipos de acercamiento y miradas acerca de lo que esta formación debe ofrecerles.
A partir de la experiencia en el Cauca con la Escuela Intercultural para la Promoción de los Derechos Humanos, la Convivencia Armónica y la Protección Ambiental, y teniendo en cuenta lo que esta construcción comunitaria puede revelar, aportar y generar para los diversos ámbitos desde donde también se exploran y ejecutan propuestas en torno a la educación artística, proponemos su estructura como referente para el Laboratorio de Investigación-Creación para el Pacífico Sur, considerando las posibilidades que ofrece para el análisis, la discusión, la formulación, la disertación y el intercambio.
Por lo tanto y atendiendo la necesidad de articular, comunicar y relacionar el diálogo que, en los diversos espacios de la región en los que funcionará el laboratorio, se desarrolla en torno al tema de la formación en arte y teniendo en cuenta el carácter heterogéneo que tendrán los participantes, debido a los diversos ámbitos de interacción, decidimos plantear una metodología desde la cuál estas personas y nosotros mismos, podamos ampliar y compartir experiencias en torno a temas de formación, investigación, saberes, artesanía, conceptualización, arte, nuevas prácticas artísticas, etc. Que como método puede ser pertinente y afín con el intercambio, encuentro y discusión en las diferentes experiencias que se posibilitan en el taller. Inspirados en el referente del trabajo en la Escuela Intercultural del Cauca, escogimos señalar y trabajar con un material controvertido, físico, gestual, temporal, frágil, maleable, impredecible y antológicamente inestable: la arcilla. Haciendo además un énfasis al incluir dentro de este taller la enseñanza y construcción de un horno popular para hacer cerámica, construido en 2 universidades en Cali y Pasto, universidades donde la cerámica como en muchos espacios de enseñanza superior en arte es excluida de los programas académicos de arte por considerársela obsoleta. Nos parece interesante revisar la relación planteada entre arte y oficios, causante de tanta aprensión y sospecha en el mundo del arte. Señalamos un material que todavía es considerado como humilde, asociado a lo artesanal, funcional y presente de diversas formas en nuestra vida cotidiana, pero no debemos olvidar que “Fuente” de 1917, uno de los paradigmas del arte moderno, obra de Marcel Duchamp, es una pieza funcional de porcelana.